Me tengo que ir a trabajar,
pero antes tengo que decir
que ésta está siendo una de las mejores cosas de mi vida
...y no hemos hecho más que empezar.
No diré que me ha pasado la vida por delante, pero sí al menos que acabo de verme, en una vuelta espiral, enfrente de los dieciséis o diecisiete cuando, ilusionada, no sé si una vez al mes o a la semana, iba a Alicante a entregar las tareas de programación; pernoctaba y volvía a Elda a tiempo de la primera clase del instituto para, un año o dos después, habiendo cambiado las matemáticas por la filosofía porque no quería especializarme y esta última me permitía estar a la misma distancia (o tan cerca) de todos los problemas y, ya en la Universidad, encontré que más cerca que estuve de un ordenador fue a partir de tarjetas que teníamos que marcar con lápiz del dos para lógica.
No es que no haya disfrutado de todo lo que he hecho y hago pero, en estos momentos, sin ser la "abuela Paz", me siento tan ágil, liviana e ilusionada como como la canción de Violeta Parra
¿dónde estabais a mis diecisiete, dónde estaba yo?
¡nos vemos, ...o llego tarde!
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